En nuestro País más de 3.800.000 hogares padecen el déficit habitacional. Por otra parte, en el mercado locativo; el retiro de viviendas ofrecidas en alquiler, perjudicó notoriamente a los inquilinos.

En la oportunidad ahondaremos en que ambas partes; propietario (locador) e inquilino (locatario); se encuentran por igual perjudicados, ya que ambos de distinta forma se enfrentan a un sistema que tiene por denominador común, la inequidad; producto de un desbalance formidable. 

Supongamos a una persona que como fruto de su trabajo logra adquirir una segunda propiedad, con la idea de volcarla al mercado locativo y reforzar lo que será, o en todo caso es, su jubilación.

Tomemos un Departamento de 2 ambientes, usado, zona Quilmes centro con un valor promedio de U$S 90.000, expresando su valor en pesos nos da una cifra de aprox. $ 16.200.000. Puesto en alquiler, se puede obtener, también en promedio, la suma de $ 25.000 por mes; o sea que prácticamente el capital invertido rinde una renta alrededor del 0,15% mensual. Claro que este no es el rendimiento real que obtiene un inversor frente a lo invertido. ¡¡Es menor aun!! .Porque no se tuvo en cuenta los gastos, honorarios e impuestos que corresponden a la adquisición, como tampoco los impuestos que mes a mes gravan a la unidad y sumemos a ello Bienes Personales. Sí ahora miramos hacia la inflación anual, que para el presente año nos sugiere alrededor de un 50% o más, representando ello un promedio mensual del 4,16% y comparado con el 0,15% mensual de supuesto rendimiento de la renta; la pregunta que surge es:

¿Hay incentivo para que las sumas de dinero que hoy descansan en cajas de seguridad o colchones se vuelquen al circuito de la inversión, en esta dirección?

Ahora Contemplemos la “economía del inquilino”, como referencia partimos de la base que el salario mínimo vital y móvil para el mes de Agosto del corriente se fijó en $ 28.080; donde cerca del 60% de la población activa posee ingresos de aprox. entre $ 40.000 a $ 65.000 por mes y según estadísticas, 3 de cada 10 trabajadores en blanco es pobre (fuente UCA); con un sistema que, en el mejor de los casos, expulsa trabajadores hacia la informalidad (sin obra social/jubilación) o directamente los pasa a la categoría de desocupados.

Donde desde otra perspectiva, observamos que una familia tipo (2 adultos más 2 hijos, en edad escolar), para hacer frente a un alquiler de $ 25.000 p/mes, más las necesidades básicas, debe tener –por lo menos- un ingreso mensual de $ 125.000. Y esto, está muy lejos de la realidad, aun trabajando los dos adultos. Tengamos en cuenta que mantuvimos para esta ecuación, el ejemplo de un alquiler de $ 25.000, que si bien en zonas más alejadas de los centros urbanos o comerciales, puede encontrarse 2 dormitorios a dicho valor.  La realidad también nos dice que merced a la suba de costos, impuestos y achicamiento del mercado por menor número de viviendas ofrecidas como reacción a la nueva Ley de Alquileres, todo ello atenta para que una casa –sencilla- de 2 dorms., se ubique en base a $ 30/35.000, en adelante. Queda claro que ni el propietario se llena de plata, ni el inquilino especula con pagar lo menos posible.

Queda claro que no se trata de propietarios contra inquilinos y viceversa, ni inquilinos contra inmobiliarias, el problema es mucho más profundo.


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Por Alfredo Lavalle

Corredor Público // Prosecretario del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial de Quilmes